martes, 3 de mayo de 2016

La Casa de la Memoria Indómita

Karen Flores López 415

La Casa de la Memoria Indómita exhibe documentos, fotografías y objetos relacionados con las desapariciones forzadas de la conocida guerra sucia en México. El edificio sede fue concedido en comodato por el GDF al Comité Eureka desde 2005. El inmueble funcionó como central de bomberos, Cruz Verde y más tarde como morgue. Ahora, bajo la coordinación del Comité Eureka, alberga la historia de los desaparecidos políticos de los últimos 40 años y que de alguna manera es un reconocimiento a los luchadores sociales desaparecidos en el país. Los trabajos de rehabilitación del espacio público iniciaron en 2009 y estuvieron a cargo del Fideicomiso del Centro Histórico. Cuenta con salas, cafetería y un auditorio de usos múltiples dedicado a los derechos humanos.

El Museo de la Memoria Indómita es el homenaje a los desaparecidos políticos mexicanos cuya lucha social y política fue frenada desde 1968 y hasta 1980, periodo denominado como la guerra sucia. Ubicado en Regina 66, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, fue creado por iniciativa del Comité Eureka!, una organización no gubernamental que desde su fundación en 1977 se propuso localizar a todos los desaparecidos políticos en México.

El Comité Eureka! nació en 1977 por iniciativa de Rosario Ibarra de Piedra, cuando en dicho año, su hijo Jesús Piedra Ibarra, fue secuestrado por la Dirección Federal de Seguridad que lo acusaba de ser miembro de la Liga 23 de septiembre. En aquel entonces el Comité se llamó Comité Pro-Defensa de Presos Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México, y desde su fundación, han dado con el paradero de 148 personas desaparecidas. El 14 de junio de 2012, inauguraron el Museo de la Memoria Indómita.
Al entrar al viejo edificio, que otrora fuera una estación de bomberos, empezamos a empaparnos con la problemática de los desaparecidos políticos. Una pared repleta de fotos de Las Doñas, sobrenombre con el cual se conocía a las mujeres que conforman el Comité Eureka!

Al subir al segundo piso empezará el recorrido por la memoria política de México, comenzando por el paradigma que todavía hoy representa el año de 1968. En la primera sala podemos apreciar imágenes, videos y audios de aquel 2 de octubre, de aquella Plaza de las Tres Culturas que alberga una parte importante de nuestra memoria política. Podemos escuchar las declaraciones del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, así como hundirnos en la lectura de la carta de un estudiante desaparecido el 10 de junio de 1971, el día del Halconazo. Un facsímil de dicha carta añade más melancolía e intriga en el recorrido.
La siguiente sala es de color rosa, donde unas viejas televisiones nos muestran imágenes de los ex presidentes Luis Echeverría y José López Portillo, fragmentos de películas de Cantinflas y la India María, y un video institucional que explicaba algunas de las funciones de la extinta Dirección Federal de Seguridad. El mensaje es contundente: la visión rosa que los medios de comunicación de la década de los setenta difundían a miles de mexicanos.
La siguiente habitación nos transporta a una horrible sala de interrogatorio, donde la única luz que existe en el cuarto es la que alumbra la silla negra que se encuentra en medio del cuarto. Escuchamos las recreaciones de los desgarradores testimonios de sobrevivientes de la DFS. Una mujer relata cómo fueron electrocutados sus genitales mientras la amenazaban con lastimar a su familia si no hablaba.


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