Las
dos primeras décadas del siglo pasado fueron los testigos del activismo
femenino en la educación superior, en la prensa, en la oposición y
también en los movimientos revolucionarios, en los cuales estuvieron
activas como mujeres soldado, correos, espías y combatientes. En estos ámbitos
se rompieron esquemas y se trastocaron las relaciones entre los géneros y, con
ello, se fracturo la división entre el ámbito público y el privado.
Muchos oficiales les ejército consideraban a las soldaderas como obstáculos para la guerra. En la División del Norte, Francisco Villa no aceptaba mujeres, se dice que las odiaba; quería modernizar su ejército y para ello necesitaba mayor movilidad de la tropa y un sistema de abastecimiento eficiente.
Las
zapatistas, por ejemplo, se integraron a las tareas de la guerra con la misma
naturalidad con la que trabajaban la tierra y continuaron con sus actividades
regulares, solo interrumpidas cuando tenían que esconder a los hombres, salir a
pelear o servir de correos. Por su parte, Carranza reconoció la importancia de
las mujeres como maestras y como apoyo para las tareas de la Revolución. (2)
Mientras
la lucha continuaba y los ejércitos todavía se batían en campaña, los
constituyentes se reunían en Querétaro para reformar la Carta Magna. En Mérida
Yucatán, en enero de 1916, 620 mujeres discutían cuestiones de feminismo y
emancipación en el marco del Primer Congreso Feminista de México. Hubo un
segundo Congreso entre noviembre y diciembre de 1916. El Congreso revelo, que
había posturas radicales, conservadoras y moderadas y que aunque la mayoría
apoyaba la educación femenina para mejorar la condición de las mujeres, el
sufragio y la participación política no eran aceptados bajo el argumento de que
la mujer no estaba preparada para ejercer este derecho.
El
razonamiento utilizado por los constituyentes evitó la participación femenina
durante la lucha y su explicación manifestó el temor a que las mujeres
participaran como iguales políticamente. La Constitución reconoció la
diferencia sexual solo en lo que respecta a los derechos laborales
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